sábado, 17 de enero de 2015

Guloyas o Buloyas: un patrimonio dominicano para la humanidad

 Lialdia.com / *Aurelia Castillo / San Pedro de Macorís / República Dominicana – El carnaval, a pesar de que es una celebración muy típica y antigua en la vieja Europa cristiana, tiene sus orígenes en antiguas tradiciones paganas que se remontan a las ciudades de Sumeria y Egipto hace más de 5.000 años atrás.
Fue traído hacia América por los navegantes españoles y portugueses. En la actualidad, se ha convertido en símbolo de lugares, caracterizados por sus festejos tradicionales y espectaculares, que atraen a los turistas.
Se celebra desde la colonia, antes  de la cuaresma cristiana, cuando los habitantes de Santo Domingo se disfrazaban como un remedo de las carnestolendas europeas. Convirtiéndose en la fiesta popular de mayor tradición.
La farsa, la sátira  y diversas formas de crítica social o política hoy tienen lugar en estas festividades. En la celebración  se aprecian, en particular, atuendos y disfraces, bajo una variada mezcla de elementos que dependen de las distintas regiones y pueblos del país.
En este contexto nace una parte de esa historia y de la cultura dominicana, especialmente de la ciudad de San Pedro de Macorís, y que es la máxima expresión cultural de esa comunidad: los Guloyas o Buloyas, diablos vestidos con trajes de llamativos colores, adornados con espejos pequeños y capa amarilla y roja, que llevan sus vejigas de toro y fuetes, bailan al compás de la flauta, el cencerro y la tambora. Fueron reconocidos por la UNESCO el 25 de noviembre del año 2005 como patrimonio mundial intangible de la humanidad.
La historia de su origen habla de que nacen con los descendientes de negros cocolos que inmigraron a la ciudad de San Pedro provenientes de las islas británicas del Caribe y su principal característica es que son enmascarados. La música, es de un ritmo que es casi totalmente de influencia africana, de igual modo, todos los movimientos y pasos de sus danzas son de puro corte africano. Sin embargo, cuando los bailes son dramatizados, la mayoría de los argumentos están basados en “lecciones” bíblicas o en leyendas británicas. Asimismo, la influencia británica se hace sentir en las letras y motivos de las canciones cocolas.
Los historiadores apuntan que el nombre de “Guloyas” se origina en la pieza teatral “David and Goliath”, donde el nombre de “Goliath” es pronunciado Golaia o Guloya. En dicha pieza es característico el grito: “Goliath (Guloya) is dead” (Guloya está muerto).
Los bailes que trajeron los cocolos son muy variados y excitantes y todos tienen por objeto, además de producir un deleite espiritual, llevar a los espectadores un mensaje de carácter social o religioso. Estos bailes y “juegos” se hacían del 25 de diciembre al 6 de enero pero ya se presentan en otras épocas, como en las fiestas patrias y patronales y durante el carnaval, debido a la integración de la comunidad cocola con el resto del país.
Los principales bailes (o “juegos”) son “El Momise” y el Buloyer. Este último, conocido generalmente como Los Guloyas, realmente es un conjunto de bailes y “juegos” diversos. Sin duda una de las características más importante del grupo de los Guloyas es su original traje o vestimenta donde se destaca la cabeza decorada con largas y coloridas plumas de pavo real, sus trajes son complementados por  capas de colores vivos, coloridas piedras y espejos dando alegría y dinamismo a su representación folklórica.
Los cocolos son inmigrantes de las Antillas Menores inglesas (principalmente Anguilla, St. Kitts, Nevis y también Antigua, Tórtola etc., que, desde finales del siglo XIX, llegaron a República Dominicana (principalmente a San Pedro de Macorís,  como trabajadores en los cañaverales e ingenios de la floreciente industria azucarera en el tiempo de las danza de los millones. Vienen del cruce racial de antiguos esclavos traídos de África, con colonizadores británicos y por su dedicación, seriedad y afán de superación han recibido el reconocimiento de la sociedad civil local, integrándose exitosamente. Hoy, mantienen su originaria identidad cultural únicamente en los enclaves de San Pedro de Macorís , englobada por los tiempos modernos y los cambios generacionales.
El término cocolo es de origen incierto. La opinión predominante lo atribuye a un error de pronunciación del nombre de la isla Tortola; alguno se refiere a una alteración de la expresión congolo (“venido del Congo”); otros destacan la derivación portuguesa desde el término coco, forma de designar al hombre negro de África, que los españoles incluyeron en su vocabulario al involucrarse con la trata de esclavos.
Los cocolos trajeron consigo su música, danzas, religión, gastronomía y singulares usanzas populares derivadas de prácticas africanas y tradiciones inglesas, las cuales se unieron a la  diversidad cultural dominicana.
La cultura  folklórica popular dominicana es el resultado de tres grupos étnicos diferentes: los españoles nos dieron su lenguaje, sus costumbres y nos impusieron su religión. Los negros africanos, nos dieron el color de la piel y el folklore popular. Los tainos o indígenas nos dejaron la agricultura y el amor por nuestra tierra. Culturas que han sabido vivir en armonía creando y fortaleciendo una identidad propia, más abierta, que se refleja en la idiosincrasia de su gente y en sus manifestaciones culturales y artísticas. En poca palabras, los dominicanos miran hacia España, viven con Africa y no olvidan a los Indígenas.
aurelia castillo 
*Aurelia Castillo
aureyany@hotmail.com
San Pedro de Macorís / República Dominicana
 Autora en conjunto con su hijo Escarlin Martínez Castillo de la
Enciclopedia San Pedro de Macorís, su historia y su gente.

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